Distancia recorrida: 9,8 km
Desnivel: 241 m
Época adecuada: Primavera, Verano, Otoño.
Recorrido: lineal entre 2 estaciones de ferrocarril.
El paseo comienza en el apeadero de tren de Tablada, en la línea Madrid-Segovia. De esta estación sale una estrecha carretera. Subiremos por la misma, dejando a nuestra izquierda una residencia. Más adelante, tras rebasar una curva, encontraremos una puerta verde en la alambrada, que da acceso al ancho cortafuegos practicado en la ladera, y por el que discurre una línea eléctrica. Una vez traspasada la puerta, comenzaremos a remontar la ladera siguiendo cualquiera de las sendas o trochas que distingamos y que más cómodas nos parezcan, siempre dentro de los límites del cortafuegos. Recorridos algo más de 2/3 de la subida, desembocaremos en un camino de tierra que cruza el cortafuegos transversalmente. Si lo siguiéramos a la derecha, llegaríamos al inicio de la senda que nos conduce a la Peña del Arcipreste. Nosotros cruzaremos el camino y continuamos ladera arriba. A los pocos minutos damos con un nuevo camino, esta vez menos marcado, el cual seguiremos a la derecha, hasta llegar al collado del Arcipreste o de la Tablada. En este lugar hay una valla de espino que divide la vertiente segoviana de la madrileña. Parte de la alambrada se puede retirar, y la dejaremos cerrada tras nosotros. Ya en el otro lado, iniciaremos la bajada hacia el río Moros, por una senda marcada ocasionalmente con círculos amarillos y pilas de tres piedras. La senda nos introduce en un bosque y discurre ladera abajo durante un buen rato. Tras cruzarse con un arroyito, observaremos en unos árboles, unas marcas amarillas, y una pista de tierra abajo, a la izquierda.
En este punto bajaremos por una sendita bien marcada, hasta confluir con la pista, con la que limita un pinar llano. Una vez en esta carretera de tierra, seguiremos hacia la derecha, perdiendo altura progresivamente.
Dejaremos, a la derecha, la cumbre del Mostajo (1455 m). Más adelante, la pista desemboca, perpendicularmente, en otra pista forestal, en un área llana, clareada de pinos. Cogeremos esta nueva pista a la derecha, y a los pocos metros nos toparemos con una valla que indica restricción de paso. En este punto nos desviaremos por otra pista, menos marcada, que sale a la izquierda ladera abajo, y en cuya entrada hay dos muretes de piedra. La bajada es pronunciada y nos llevará hasta otra puerta para ganado, casi al final de la misma. La atravesamos y desembocaremos en las praderas del valle por donde discurre el río Moros. Desde este punto seguiremos nuestro paseo por la carretera o por el interior, acompañando la margen izquierda del río, que al poco se introduce en el área recreativa de La Panera. Acompañamos al río atravesando la misma, y al final nos incorporamos a la carretera asfaltada que la rodea. Seguiremos esta carretera hasta avistar las primeras casas de El Espinar-estación, y llegar hasta el apeadero de tren, que quedará a la derecha de la calle principal.